Nadie te ha amado...
ni te amarán,
con la misma pasión
que brotaba de mis labios,
con la misma ternura
con que mis brazos te ceñían, c
on la misma gloria
que mis ojos reflejanban,
con la misma entrega
con lo que lo hacía.
Hoy has constatado ésto,
y reconces sabiamente
que no tienes ya derecho
a acercarte a mí...
a pedir perdón...
Y sabes
que hasta el viento tiene miedo
de rosar mi piel,
de abrazar mi cuerpo,
y proclamas:
"No le merezco".
viernes, 24 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario